Para muchas personas que pasan el día fuera de casa, estudiando, trabajando o haciendo ambas cosas, la cena es la comida más sustanciosa del día. Sin embargo, desde hace años se vienen estudiando los efectos nocivos de comidas copiosas, especialmente antes de dormir. A continuación te contamos lo que dicen los expertos sobre si se debería comer antes de irse a la cama.
Cuidar nuestra alimentación es fundamental para tener buena salud. Conjuntamente, descansar cada noche, por lo mínimo 8 horas, también favorece un estilo de vida saludable.
Pero, ¿qué sucede cuando una de las comidas fuertes del día nos impide descansar bien?
La cena es para muchas familias un momento importante del día, donde todos los miembros se reúnen en la mesa para compartir sobre lo que hicieron fuera de casa, en el trabajo, la escuela y otras actividades.
En este sentido, preparar un menú delicioso y que le guste a todos es la elección predilecta, por lo que a veces los alimentos altos en carbohidratos simples y azúcares están presentes a la hora de la cena.
Esta elección puede traer como consecuencia reflujo gástrico, acidez estomacal y otros malestares que impiden conciliar el sueño, especialmente cuando se come de forma abundante poco tiempo antes de irse a la cama.
Lo que dicen los expertos
Muchos médicos y especialistas coinciden en que la cena debe tomarse, por lo menos tres horas antes de dormir, pues consideran que es negativo para la salud tanto comer, como acostarse tarde.
La razón se evidenció en un estudio realizado en el año 2005 que refleja que mientras menor es el tiempo que transcurre entre la cena y la hora de dormir, mayor es el aumento del reflujo ácido.
Asimismo, el consumo de grandes cantidades de alimentos en la noche tiene un impacto negativo en la presión arterial de las personas, produciendo también obesidad y enfermedades que comprometen el sistema cardiovascular.
Por otro lado, las cenas abundantes antes de dormir hacen que nuestro organismo se mantenga en un estado de alerta, justo cuando tiene que entrar en reposo para el descanso.
En consecuencia, hay mayor producción de la hormona del estrés, lo que genera ansiedad e insomnio en el individuo. Todo esto, por cenar comidas muy pesadas antes de irse a la cama.
Hay que saber qué comer en la cena
Pensar en dejar de cenar no es la solución, pues acostarse con hambre también te impedirá conciliar el sueño.
Así que, por la noche, lo que se aconseja es aprender a elegir alimentos saludables y en cantidades moderadas para saciar el hambre y favorecer el descanso.
En este sentido, muchos especialistas en la pérdida de peso aconsejan realizar 5 comidas al día. De esta forma, a la hora de la cena no se tendrá mucha hambre y con una porción pequeña será suficiente.
Por otra parte, la recomendación de algunos nutricionistas es la de consumir por la noche proteínas de alto valor biológico, como yogurt, queso, pescado, huevos, carne y otras de origen animal.
La razón es que estos alimentos tienen una absorción eficiente y mayor biodisponibilidad para favorecer el funcionamiento del organismo, especialmente durante la fase de recuperación en la noche.
Lo que no se debe comer por la noche
Si quieres dormir sin acidez estomacal y sin pesadillas lo mejor que puedes hacer es alejarte de los alimentos procesados y azucarados en la cena.
De igual forma, evita el consumo de picantes y alimentos muy condimentados, ya que estos relajan el esfínter del estómago y liberan mayor cantidad de ácidos gástricos, favoreciendo el reflujo.
Por lo tanto, evita estos alimentos y especias, por lo menos 3 horas antes de dormir.
En cuanto a las bebidas, si quieres descansar bien evita consumir alcohol y cafeína, en cambio puedes tomar infusiones relajantes que te ayudarán a dormir mejor.
Antojos nocturnos
Ahora bien, en caso de que cenes temprano y antes de dormir sientas hambre nuevamente o tienes ganas de un antojo, puedes optar por tomar un vaso de leche desnatada o comer dos yogures, tal vez un puñado de frutos secos también te ayudará a saciar el hambre.
Intenta comer proteínas sin grasa como pechuga de pollo, una ración de queso bajo en grasa o unas lonchas de jamón de pavo, pues son recomendables para matar ese antojo nocturno.
Finalmente, no podemos olvidar la importancia de tener hábitos saludables como la práctica de ejercicio, una hidratación eficiente y tener una rutina de preparación antes de dormir, evitando el uso del móvil, pantallas y otros estímulos externos.
Todo esto te ayudará, junto con una alimentación nutritiva, a programar tu cuerpo para el descanso y obtener el sueño reparador que necesitas.